10/19/2020
Los 5 secretos para Establecer y Cumplir Objetivos de Salud que Muchos Expertos Jamás te Dirán [+BONUS]
Cuando empiezas a tener un estilo de vida más consciente lo normal es que te sientas un poco perdido. Empiezas a seguir cuentas fit y de comida saludable en Instagram, tal vez hayas probado una o más recetas de Pinterest (o tal vez simplemente las guardaste para después, pero la verdad es que nunca más las volviste a abrir). Inclusive es probable que ahora hayas hecho algunos cambios en tu alacena y nevera.
Y esto puede ser positivo porque de alguna manera u otra empiezas a aprender sobre este tema, pero puede pasar en cambio que lo que sientas es frustración por no haber alcanzado tus metas incluso si estás haciendo las rutinas de esa influencer deportiva o el plan de alimentos que te sugirió tu nutricionista.
Yo he pasado por nutricionistas, libros, coaches, y guías de todo tipo. He pasado por algunos especialistas que simplemente te dicen que debes dejar de comer ciertos alimentos y hacer mucho ejercicio. Alguno otro en cambio me sugirió una dieta estricta y definida con horarios, cantidades en gramos y platos que se repiten cada semana.
Estoy segura de que un profesional de la salud, sea cual sea su rama, tiene muy claro lo que hace, sin embargo, no es común conocer alguno que más allá de decirte los alimentos que debes comer y los que no, te ayude a entender qué es lo que te hace falta para llegar a tu meta, más allá del plato de comida o de una dieta rígida y un conteo básico de calorías consumidas v. energía gastada.
EN BUSCA DE RESPUESTAS…
Tienes un objetivo, pero no sabes cómo llegar a él. Puede ser subir o bajar de peso, digerir mejor, que tu piel sea más sana. Sea el que sea, es importante sentir que tienes alguien o algo confiable que te guíe y que te dé la certeza de que estás en la vía correcta para llegar a tu meta.
Ahora es cuando decides consultar a un experto, y créeme que esa es una buena idea. Hay varias opciones, consultas en fuentes menos confiables como internet, redes sociales y libros o con fuentes mucho más seguras como un médico, nutricionista o un Heath Coach. Te recomiendo irte por las fuentes más seguras definitivamente, y en este otro artículo te explico por qué (próximamente).
Pides tu cita y vas a ver al especialista, digamos que fuiste donde un nutricionista, dietólogo o a un médico. Es muy probable que al salir del consultorio tengas en tus manos unos documentos con un plan de alimentación en ellos. Dice qué puedes comer, qué no puedes comer, y a veces incluso incluye el menú semanal con algunos reemplazos. Además, te dice exactamente cuántos gramos de cada alimento para cada preparación y momento del día. Todo esto seguramente bajo un título que puede que incluya cuántas calorías en total estarás consumiendo por día.
Es un plan sin duda completo, son platos fáciles y muy cómodos. Además, están cuidadosamente diseñados por el experto para que consumas la cantidad de calorías exactas y no te sobrepases ni un solo día, y así puedas quemar grasa acumulada. En teoría, luego bajas de peso.
Suena ideal ¿no? ¿Pero va a funcionar realmente?
En este artículo te explicaré las 5 cosas que muchos profesionales de la nutrición no te dirán. Recuerda que no es mi objetivo desprestigiar a ningún tipo de profesión, sino hacerte saber que no siempre 1+1 es 2 cuando se trata de salud, y esto lo que muchos profesionales aún ignoran.
#1. Ni en sueños necesitas una Dieta
¿Nunca has pensado cuántas personas tiene tu misma dieta “personalizada”? Por lo general un dietista o nutricionista tiene una clasificación de tipos de cuerpo, de metabolismo y de diferentes factores, y para cada tipo tiene su plan estipulado. Según tu género, edad, estatura, actividad física y otros valores, las personas de cada grupo tienen necesidades calóricas similares.
¿Entonces realmente qué tan personalizado es este plan? ¿Qué tanto se tiene en cuenta tus necesidades únicas e individuales? ¿Qué tanto se tiene en cuenta incluso tus propios gustos? No digo que un profesional de la nutrición no sepa lo que hace, atención, digo que el enfoque de bio-individualidad no es prioridad para muchos.
Por eso la primera cosa que muchos expertos jamás te dirán, es que eres 100% único. Que no hay nadie en todo el planeta que tenga las mismas necesidades que tú. Y como ser único tu plan de alimentación debe ser único también.
¿Te han preguntado si te gustan todos los platos planteados en su plan? ¿O si alguno de esos alimentos te sienta un poco pesado? ¿O si sientes saciedad a lo largo del día o hambre en algún momento? ¿Acaso te preguntaron si te sientes 100% cómodo con el menú o quisieras hacer algunos cambios? Si la respuesta es sí, ¡Felicidades! Encontraste a un profesional TOP. Aunque no sería tan normal que la respuesta fuera SI a todas esas preguntas si acudiste a un experto más tradicional. Esas preguntas describen más a lo que te diría un Health Coach, por ejemplo.
#2. Tú sabes más que yo
Aunque el profesional que tienes al frente tiene grados, diplomas y muchos años de estudio que vale la pena reconocer y valorar, seguramente hay un título que todavía no tiene, y que la verdad nunca va a tener (ni ese profesional, ni yo ni nadie).
Estoy hablando de ser el mayor experto en tu cuerpo. Nadie te conoce y te conocerá mejor que tú mismo. Ningún profesional de ningún tipo te podrá decir con total certeza qué pasará si consumes un determinado alimento, si te hará subir de peso, si te hará sentir hinchado, casado, con energía, alegre, triste.
La ciencia explica muchas teorías, y centenares de estudios demuestran todos los días datos que nos ayudan a acercarnos más a lo qué sí es saludable y lo que no. Para nadie es un secreto que comer fritos y azúcar diariamente no va a llevarte a nada bueno. Y la ciencia ya lo demostró. Es cierto, es válido y nadie lo discute.
Lo que sí podemos discutir es el efecto particular que un alimento va a tener en ti. Y la discusión será entre lo que la ciencia dice y lo que tu cuerpo confirma o rechaza. ¡SÍ, tú eres más sabio que cualquier estudio y cualquier profesional sobre tu cuerpo! Sólo tú, por medio de la prueba y del error, de la intuición, de la escucha atenta y comunicación con tu cuerpo, podrás confirmar qué sí funciona y que no. SPOILER ALERT: ahí se acaba la discusión, ganaste tú.
#3. ¿Contar calorías? ¡olvida la calculadora!
Basar un plano alimenticio en reducir las calorías de lo que comes y aumentar las que gastas es ciencia antigua y no es probablemente la manera más inteligente y efectiva si se toma como una simple ecuación o como el único factor que cuenta. Un ser humano no es un motor que consume gasolina y la gasta hasta que se acaba, y luego se vuelve a llenar y así. ¿Quieres saber por qué? El cuerpo humano tiene cantidades de mecanismos que entran en juego cuando se trata de perder peso (o ganar).
Desde el buen funcionamiento hormonal, el tipo de metabolismo, el estrés, la frecuencia de las comidas, entre otros factores, hacen que este “motor” sea mucho más complejo que simplemente una entrada de carburante y salida de energía. Todos esos factores intervienen y hacen que almacenemos grasa de más, o gastemos la energía de reserva.
Además, ¿has pensado que más allá de ingerir un número de calorías, deberías fijarte qué calidad de calorías estás recibiendo? Hay quien piensa: ok, debo consumir 1200 calorías diarias, y esta hamburguesa tiene 600, este postre tiene 400 y 3 paquetes de papas tienen 200. ¡Perfecto, así, sí vale la pena hacer dieta! ¡PUES NO! Claro que importa qué comes, tanto así que es más importante qué comes a cuántas calorías tiene lo que comes.
Esto no quiere decir que entonces puedes consumir infinita cantidad de calorías e igual bajarás de peso. NO. Pero sí que sin duda el tipo de calorías debe ser de buena calidad para que le permita al cuerpo tener las herramientas exactas que necesita para que puedas conseguir ese objetivo.
#4. Lo que comes no es lo más importante, y el ejercicio tampoco lo es.
Así es, muchos expertos jamás te dirán que hay algo más importante que la comida, y tampoco hablo de hacer ejercicio. Ambas cosas son esenciales para lograr cualquier objetivo de salud, sí. Pero no son lo más importante. Nosotros los Health Coaches llamamos “Alimentación Secundaria” a todo lo que está en nuestro plato, y “Alimentación Primaria” a otras áreas de nuestra vida que afectan nuestro estado de salud, aunque a primera vista no veamos la relación tan directa.
Tus relaciones personales, tu carrera, el ambiente en tu casa, tu nivel de creatividad, tus finanzas personales, espiritualidad y otros, son factores importantes que tienen todo que ver con tu salud. ¿Alguna vez te ha pasado algo como esto? Estás en el trabajo y tienes un muy buen día. Las reuniones fueron muy bien, tus jefes están muy contentos con tus resultados, tus compañeros de trabajo te felicitaron por tu exposición de hoy, aunque en todo el día no paraste de hacer mil actividades. Y cuando llegas a tu casa, muy cansado, te das cuenta de que tienes mucha hambre porque no alcanzaste a almorzar y tu desayuno fue muy pequeño. Estabas tan emocionado, que ni te diste cuenta de que sentías hambre y tampoco te sentiste con poca energía. Estamos todos de acuerdo que no es nada saludable saltarse las comidas (por favor no lo hagas), pero si has vivido algo como esto entonces entiendes qué quiero decir cuando te digo que, en esta situación específica, el área “profesional” llenó tu día de tanta felicidad, que la comida pasó a un segundo plano por unos instantes.
¿Te ha pasado por ejemplo que tienes un problema con tu pareja y de repente esto altera tu manera de comer, te sientes sin apetito o incluso con ganas de comer todo el tiempo? Esta es otra prueba de que el “Alimento Primario” es muy importante y está directamente conectado con lo que comes.
#5. La ciencia no lo es todo
Es de grandes profesionales en el campo de la salud admitir que hay algo que va más allá de lo que la ciencia puede demostrar. Si tu profesional de confianza está de acuerdo con esto, puedes contar con que es uno muy bueno. Si en cambio no está de acuerdo, siempre puedes optar por consultar a un Health Coach.
Cuando se agotan las opciones, y la medicina, la ciencia, tratamientos, dietas o profesionales super especializados no lograron ayudar, sólo queda la Fe. No necesariamente estamos hablando de bajar o subir de peso, sino cualquier objetivo de salud que tengas. Una enfermedad o malestar complicado, que quieras sanar, por ejemplo.
¿Pero de cuál fe estoy hablando? De la fe en ti mismo. Fe en que vas a lograrlo, fe en que tu cuerpo es más sabio que tu y sabrá sanar por sí mismo siempre que le des las herramientas adecuadas y te apoyes en las personas correctas. Incluso si no sana, fe en que todo va a estar bien.
BONUS: ¿Pizza los domingos? ¡SE PUEDE!
Por si no lo sabías, tu cuerpo es tan sabio y poderoso que podrá lidiar con un 10% de “mala” alimentación si el 90% de las veces le damos sólo lo mejor. Hace parte de una buena salud darte gustos de vez en cuando. Disfrutar de un helado delicioso con una persona que quieres, comerte una pizza los domingos en familia o ir a cine y comprar palomitas.
Siempre que no se abuse, un estilo de alimentación no tiene por qué ser 100% restrictivo en todos los casos. Claro que toca determinar el estado de salud de una persona para saber si puede consumir cierto tipo de alimentos, pero hablo en general.
No te olvides de disfrutar también, de no obsesionarte y recuerda que equivocarnos es necesario para conocernos mejor.
¿Qué sigue?
Sabiendo estas 5, o bueno, 6 cosas que seguramente los expertos no te habían dicho jamás, ¿qué sigue?
Empieza a escuchar tus necesidades, empieza a comunicarte con tu cuerpo. Primero, ten claro tu objetivo de salud, y luego pon manos a la obra. Es hora de empezar a hacer unos cambios en tus viejos hábitos que ya no te sirven.
Si quieres aprender cómo dejar tus malos hábitos sin fracasar – de nuevo – en el intento, lee este artículo.
Espero que hayas aprendido mucho, si te gustó compártelo en tus redes con tu círculo y ayúdame a contagiar a otros de educación sobre nutrición holística. Estoy segura de que conoces a alguien que le puede interesar y que probablemente apreciará que se lo envíes.
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